Tenemos pequeños rituales. Como el del calendario de adviento, por ejemplo. Tenemos que abrirlo y comérnoslo a la vez. Posiblemente (seguramente) no estaremos juntos en el momento que toca abrirlo. El día 1, el 2, el 3, el 4... trabajamos en distintos horarios. Entonces esperamos a estar juntos y los comemos todos a la vez. El domingo. El domingo lo pasamos siempre juntos. Él se levanta temprano y me deja en la cama. Luego vuelve, para despertarme de la manera más horrible que se le ocurra y posiblemente (seguramente) lo grabará con su móvil para colgarlo en alguna red social. A veces me tira el gato encima, me hace cosquillas y hasta ha amenazado con ducharme en agua fría. Me dan ganas de matarle y nos enzarzamos en peleas físicas que pueden durar horas. Pero no duelen. De todos los sentimientos éste es el más bonito. Hacedme caso.
mining for treasure deep in my bones, that I never found
Enredó la mano entre su pelo y luego la bajó hasta su cuello. Le acercó todo lo que pudo a su cara, la distancia perfecta para desearse hasta estallar en llamas, pero tan sólo se rozaban con la punta de la nariz. Sabían que no podían besarse, eso significaría traspasar la línea, pero aunque sus labios no se tocaran, se besaron con los ojos durante unos segundos. Podían sentir la violencia que nacía de las ganas, el antagonismo de sentirse más vivos que nunca mientras se paraban los pies el uno al otro. Reían a carcajadas, se alejaban y se acercaban como si les agitase la marea, él perfilaba sus labios con la yema de su índice y ella acariciaba su torso mientras miraba aquellos ojos azules, miraba sus ojos y le hablaba a su alma. Sujetó su cara para mirarle más fijamente y empezó a reír con más fuerza que antes, había algo que había captado su atención: el movimiento de sus pupilas. Él no entendía lo que estaba pasando y se limitó a esperar una respuesta.
- Tus pupilas, se alteran mucho con la luz, son muy sensibles.
- Quizá es porque hemos tomado demasiadas drogas.
- Espero que no, es algo muy raro, no dejan de hacerse pequeñas y grandes y luego pequeñas otra vez.
Volvieron a reír, a pegarse puñetazos en los costados y a besarse y morderse en el cuello. Volvieron a hablar durante horas de sus familias, de sus planes para el mes de septiembre, del color de su habitación (très blue), de las casas de Manor House y de escaparse a Madrid si no les quedaba otra. Él le dijo que era preciosa y ella aterrizó en una nube. Escucharon durante horas Closing Time de Tom Waits y volvieron a besarse en el cuello. Volvieron a reír. Realmente no pararon de reír en ningún momento, incluso cuando él le dijo que aquel flequillo que llevaba en las fotos de hacía algo más de un año le daba cierto parecido con Daisy Lowe.
Él aterrizó en una nube. Ella aterrizó en una nube.
Las horas se acabaron y desenredaron sus cuerpos, salieron de aquella cama trasnochada y él abrió la puerta y puso un pie en la calle, tenía que volver a casa. Ella se quedó en su habitación, volvió a la cama, la misma cama que había servido de escenario para soñar despiertos se le antojaba ahora aburrida, vacía y grande. It's gonna be alright, if I say it many times, I'm going to believe it myself.
blowing in the wind
Dejó el libro junto a la cama y le dió un trago al vaso de agua que había dejado en la mesilla tan solo unas horas antes. Se le antojaba extraño beber algo que no incluyese alcohol, ultimamente las cosas se le estaban yendo de las manos. No era sólo eso, o mejor dicho, eso era lo de menos. Necesitaba una estabilidad que a penas rozaba con la punta de sus dedos. Sabía que quedaba cerca, pero nada ni nadie podía asegurarle que iba a conseguirla. Ultimamente no sólo había bebido. Había reído más que nunca, se había encontrado a si misma en los ojos de otra persona, había notado ese nudo en el estómago que algunos llaman mariposas y había deseado dejarlo todo, todo, todo y salir corriendo. Se sentía viva por primera vez desde hacía 5 años. Todas las mañanas elegía su ropa cuidadosamente, se arreglaba el pelo e intentaba encontrar, en ese maremagnum de cajas que empezaban a acabar con su paciencia, aquél sujetador que realzaba su figura y con el que, posiblemente, él le prestaría una media de 15 segundos más de atención. Luego llego aquella noche... aquella primera noche en que, como siempre, tras unas cervezas y gin tonics de más, empezaron a hablar de lo que se les pasaba por la cabeza. Él reconoció que no podía parar de mirarla cuando ni siquiera se daba cuenta. Reconoció que algo le quemaba por dentro cuando ella le devolvía esas miradas, le decía una tontería o incluso, le rozaba. Ella le miraba boquiabierta, esperando que dejase algunas palabras en el tintero para poder dar las puntadas que quedaban pero él era demasiado inteligente, ambicioso, quizá incluso valiente. Las eligió todas. Todas esas palabras que ella quería decirle, él las dijo primero. Ella pidió perdón de antemano ya que no podía conseguir ser tan elocuente y aunque no dijo un simple "yo también" se limitó a repasar lo que creía que quedaba por decir. Se sentía pequeña, le deseaba más pero se sentía más lejos. Seguro que él esperaba un discurso barroco con detalles y fechas y referencias a la primera canción que sonaba cuando se tomaron aquella primera cerveza. Él se merecía esas cosas y ella se sentía pequeña. Entonces le agarró la mano, le miró a los ojos y fue sincera. Le dijo que se sentía pequeña. que él le abrumaba con todas esas cosas tan positivas suyas y que ella nunca conseguiría ser suficiente. Fue la mejor elección. Él no quería discursos, quería que ella le diese la mano y le abriese su alma, que fuese ella misma, por lo visto era lo que le había enamorado de ella. Le dijo que era tan inteligente e inspiradora que no necesitaba intentarlo, que a él ya le había atrapado. Ella no lo creía, o al menos nunca lo había creido, siempre se había sentido pequeña. Se dió cuenta de que el nudo en el estómago había vuelto. No era un nudo, era una energía, algo que le impulsaba, quería besarle. Quería besarle y no soltarle en toda la noche, agarrarse a sus miedos, devorarlos y que él hiciera el resto. Pero no podían. No podían permitirse ser felices.
Dejó el vaso de agua dónde había estado toda la noche. Quería volver a coger aquel libro y seguir leyendo, adoraba leer más que nada en el mundo, por lo que no entendía qué le estaba pasando. Entonces se dió cuenta. Como si una ola rompiese en su cara y la dejase ahí tirada, recomponiéndose. Aquello que estaba viviendo era la mayor novela posible. Leer requería una concentración que su cabeza no podía permitirse. Estaba demasiado ocupada pensando en todos aquellos "y si" "quizá" "podríamos" y recordando todos y cada uno de los segundos que habían pasado juntos. Comenzaba a desesperarse, así que eligió la decisión más inteligente: hablar con mamá. Sus conversaciones eran una especie de ritual de sanación que acababa, la mayor parte de las veces, en gritos al teléfono. Pero necesitaba esa dosis de realidad, esos pies en la tierra y esa incomprensión que tantas veces le había hecho volver sobre sus pasos. Su respuesta fue simple, directa, reconfortante, cálida... e inesperada.
"Haz lo que te apetezca, sé feliz, si fracasas ya veremos lo que hacemos, pero no te arrepentirás de haberlo intentado. Deja de vivir por los demás, deja de ser politicamente correcta, disfruta. No eres egoísta, eres fuerte e inteligente y sólo tú sabes mejor que nadie qué es bueno para ti."
Terminó aquel vaso de agua, lo rellenó con las sobras de vino blanco que quedan en la botella que descansaba en la ventana y abrió el reproductor de música. Bob Dylan, eso era lo que necesitaba. The answer my friend, is blowing in the wind, the answer is blowing in the wind.
Quiero escribir. Quiero y no puedo.
Tantas cosas que decir. Tantos pensamientos. Tantos agradecimientos y aún así tantas peticiones para el futuro. Pero no puedo, se me cierran los ojicos...llevo unos días agotadores. Si somos más precisos, un par de meses, pero los últimos días se me antojan un sueño. Imposible, tantos y tantos sentimientos reprimidos en tan sólo 4 días. Miedo, mucho miedo. Desconfianza, terror, incomprensión, frustración. Muchos malos. Pero también algunos buenos. No puedo decir que sea feliz, que esté segura de que todo va a ir bien, pero puedo decir que el primer paso ya se ha dado, que ese (al menos ese) ha salido bien y que aunque quede un largo camino, vamos a ser fuertes. Estamos todos aquí, estamos todos juntos y todos vamos a estar a tu lado. Eres fuerte, mucho más de lo que jamás pensé. Siempre te había visto como la hermana débil. Pese a la edad parecías la más ñoña y desorientada, la que no sabía lo que quería mientras yo me marchaba a las américas (como aquél que dice!). Y fíjate, no podía estar más equivocada. Has sido hasta ahora la más fuerte de todos. La que mantiene la sonrisa y nos dice tonterías a diario, mientras tenemos la mirada perdida y no sabemos qué va a ser de nosotros. La que nos dice que todo va a ir bien y que se encuentra de maravilla. Recuerdo cuando hablábamos de supuestos, de situaciones hipotéticas que se pareciesen a esta, y decíamos que mamá y papá nunca podrían estar a la altura. Ya sabes a lo que me refiero. Pues tú lo has estado por todos. Tú has estado conmigo cuando somos los demás los que deberíamos de beber los vientos por ti. Y lo intentamos, pero a veces la cuesta se pronuncia...y bueno, ¿qué te voy a decir? tú lo sabes mejor que nadie, aunque te lo calles, aunque lo lleves por dentro. He sentido mucho odio en los últimos días. Sobretodo la noche antes de la operación. He sentido mucho miedo y he llorado todo lo humanamente posible. Pero ahora, dentro del 'no sé cómo me siento' hay un poco más de paz, un poco más de 'todo va a ir bien', al menos, más que hace un par de semanas.
Te quiero y aunque posiblemente pierda los estribos en un futuro próximo, ahora confío en que todo va a ir bien. Gracias por ser tan increíble y tan FUERTE, hermana mayor.
Te quiero y aunque posiblemente pierda los estribos en un futuro próximo, ahora confío en que todo va a ir bien. Gracias por ser tan increíble y tan FUERTE, hermana mayor.
SELFIES. De cómo presumir de gato y fumarse un click n roll manchado de very berry
Ya no respeto tu tregua y me quedo en la frontera y me canso de escribir. Fuego abierto al objetivo, ya lo tengo decidido, nadie lo va a hacer por mí. Empezó la guerra fría, el tiempo de la anarquía, empieza tu amargo fin.
- Soraya CastellanosME LO PEDISTE TU
- -si pero no pensaba que lo hicieses la verdad
- Soraya Castellanos...Te das cuenta de lo absurdo que suena?
- -puedepero no me le esperaba
- Soraya CastellanosTe basas en que soy un poco cobarde para decirme: BORRAME.El dia anterior me amenazaste tú con borrarme
- -tb te he llamad cobarde?tambieeeen
- Soraya CastellanosNoEso lo he dicho yoQue lo soyNo he dicho que tú me lo llamarasNo te jode ahoraA ver si no voy a poder insultarme a mi misma
- -ah vale valesorry
- Soraya CastellanosPffPasas mazoEs que joder
- -no sorite quiero mucho joderte echo de menos
- Soraya CastellanosMe acabas de decir que te vas
- -no quiero hacerte dañoes lo ultimo que quierome acuerdo de mil cosas que haciamosy las echo de menoses normaly ojala estuvieramos juntosen una misma ciudadse que no habria ningun problemay de verdad que quiero pensar
- Soraya CastellanosOtra vez
- -que esto se va a arreglar
- Soraya CastellanosNoOtra vez NOLas cosas no se arreglan solas, las arregla la gente CUANDO LE IMPORTAN----------- FIN DEL EXTRACTO PONZOÑOSOEstando trasteando por facebook contestando a la gente que tengo abandonada he ido años atrás en mis mensajes. Curioso y en ocasiones doloroso. Me he encontrado con muchas conversaciones. Me encantaría volver al pasado y darme un par de leches, decirme: DISFRUTA y no llores tanto, que ahora mismo podrías estar haciendo esto aquello y lo de más allá en vez de estar colgada al teléfono llamándole. Me da cierta paz interior ver todo lo que he aprendido de aquel momento, pero no puedo evitar sentirme triste cada vez que lo recuerdo. Todavía me pregunto ¿Por qué? ¿Pude ser más inofensiva? ¿Pude hacerlo peor? ¿Por qué no me fui a darles dos hostias a cada uno y me hubiera vuelto más ancha que larga? ¿Por qué, si siempre he tenido esa fuerza, me la quitaron en aquel momento? ¿Por qué me pasó algo así a mí, que tanto había querido y cuidado a esas personas? ¿Por qué tantas mentiras? Nunca encontraré respuesta para todo eso, es triste, muy triste. Pero supongo que puedo sacar en claro que tenía razón cuando le lloraba y le decía que las cosas no se arreglan solas, que la gente arregla las cosas si de verdad le importan. Y aquí estoy, en otro momento de mi vida, recordándome a mi misma las lecciones que he aprendido sola. Hubo muchas mentiras, muchos : "no, si yo te quiero, pero necesito tiempo" que luego descubrí no eran ciertos. Sólo sé que no cambiaría ni el peor momento, hasta aquel en el que más me dolía el pecho de tener ganas de estar a su lado, porque si es lo que sentía, era lo que tenía que hacer.Ole tú Sori. Ole tú.
pequeña de las dudas infinitas
Y cuando suena ese ritmo de fondo, los dos sabemos, estemos dónde estemos, que si coincidiéramos en la misma habitación nos comeríamos a besos. Estamos cocinando a fuego lento nuestras propias desdichas...con ellas, a veces surgen cosas que nos hacen sonreír y otras muchas nos planteamos cómo hemos llegado aquí, cómo nos hemos perdido a nosotros mismos y hemos perdido lo que tuvimos. Permanente. Nada es permanente, pese a que en ocasiones, los segundos sean eternos y la vida se nos queda en pausa. Seguro que te preguntas lo mismo que yo... ¿cómo serían las cosas si pudiésemos hacer un Ctrl + C? Y tienes una respuesta, mejores.
"Porque no quiero perderte, ni quiero ser yo el perdido. Que como yo a veces sueño, nade ha soñado contigo, que como te echo de menos no hay en el mundo un castigo."
Y aquí está la pequeña de las dudas infinitas, con su ejercito en el aire.
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