miss you much

Decido acostarme, porque en el fondo, aunque tenga miedo de enfrentarme a no encontrarte entre las sábanas, tengo que hacerlo. En mi rutina diaria me arrastro hasta el baño, en busca del líquido de las lentillas, pero no está allí. ¡Tonta! Está en la mesilla de la habitación de matrimonio. Tú lo pusiste allí anoche cuando nos acostamos, ya estás otra vez presente. Preparo el botecito, busco y rebusco mi camiseta (bueno, tu camiseta) morada de carhartt, esa que me va grande y utilizo para dormir. ¿Cómo no? Tú otra vez. Entonces salta Hollow de Submersed en el Spotify y me repito a mi misma que me estoy volviendo loca, mientras sonrio, esa graaaan sonrisa de oreja a oreja que se me pone cuando pienso en ti. Retiro la cámara de encima de mi cama. ¿Te acuerdas? Hemos estado haciendo el tonto con ella antes de ir a la asquerosa estación y se ha quedado aquí muerta de risa, esperando a que yo llegase y revisase nuestros anecdóticos retratos. Me meto entre las sabanas, pensando en cada uno de los minutos que he pasado contigo estos días y cierro fuerte los ojos deseando que el tiempo pase y estemos ya en la playita...

Es gracioso cómo, de repente, no hay un momento en mi vida en el que pueda prescindir de ti. Y me encanta este sentimiento. Tú me completas, querido Jokercito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario