IRIDESCENT

Las noches insomnicas le dan a una para pensar demasiado. Para pensar en todas y cada una de las personas que han pasado por aqui y en muchos momentos malos que ahora parecen haber quedado siglos atrás. Como dice la canción El pasado no es mas que un día malo. Recuerdo que en mi primera relación todo fue muy pero que muy deprisa. Recuerdo que tardamos poco en decirnos te quiero, en tener nuestra cancion, nuestras fechas, nuestro álbum de fotos y amigos en común. Del mismo modo tardamos poquísimo en empezar a tirarnos los trastos a la cabeza cual matrimonio, en dejarnos y volver, en humillarnos e incluso vivimos algún que otro episodio violento. Mi primera relación fue una maldita montaña rusa y al igual que cuando te bajas de una montaña rusa, salí de ella mareada. Terminamos odiandonos....tú intentaste que no fuera feliz con nadie, te volviste loco atacandome e intentaste crearme una horrible reputación con la que mucha gente pasó por el aro. A mis recien cumplidos 18 años aquello fue demasiado. Me enzarcé en todo tipo de peleas luchando con un estúpido orgullo que a punto estuvo de costarme lo que sería mi segunda relación. Recuerdo como parecía que mi mundo había terminado y que tendría que esconderme en un armario o fugarme a los andes y empezar una nueva vida... Me hiciste muchísimo daño. Yo no fuí del todo astuta y a veces me dejé llevar por esa rabia...digamos que ese periodo de mi vida me pudrió un poquito y me perdí en cierta medida a mi misma.
Hoy, entre tonterias, me he enterado de que las cosas empiezan a irte bien y ¿sabes que? Me he alegrado. ¿por qué? Muy sencillo. Después de todo el daño, celos y peleas, creo que la persona a la que yo acabé odiando, ha desaparecido. Creo que has abierto los ojos con respecto a muchos aspectos de tu vida, tal vez por el palo que recibiste o que se yo, pero todos podemos verlo. Creo que intentas buscar la felicidad por ti mismo y has dejado de utilizar a aquellos que te rodean y me siento hasta orgullosa de ti.
Hace poco nos encontramos en una fiesta y me dijiste que si jamás te perdonaría y volvería a hablarte. Yo, muy resuelta y muy mía, fruncí el ceño, solté la mano con la que me sujetabas y te dije que no teniamos nada de que hablar, tras lo cual emprendí de nuevo mi camino. Sigo pensando lo mismo, tuvimos nuestro momento y creo que nunca podremos volver a ser amigos, pero desde aquí, sabiendo que nunca leerás esto, te deseo toda la suerte del mundo en tus nuevos proyectos. Con tus chicos (el gran sueño que siempre quisiste y tantó te nubló, convirtiendote en un capullo), con tus chicas (que siempre has sido un donjuán) y ante todo con la gente a la que más tienes que cuidar del mundo; Laura, Carlos, papá y especialmente mamá. Que seas tan feliz como luches por serlo, como siempre te aconsejé.

Fdo: mi paz interior

No hay comentarios:

Publicar un comentario