Reflexiones nocturnas

Reconozco que ahora, como ya dije, paso gran parte de mi tiempo escribiendo en la Moleskine y he dejado este blog algo abandonado. Bueno, de vez en cuando subo cositas pequeñas, sin grandes reflexiones, posts de cinco minutos... pero hoy voy a trabajármelo un poco más para echarme a dormir con la conciencia tranquila.

Como muchos otros días he acabado trasteando y pensando en muchas cosas. Internet es una maldita base de datos gigante con millones de textos, fotos y fechas que a veces están fuera de lugar. Por primera vez, después de tanto pensamiento desperdiciado, me he focalizado en mi evolución personal desde hace exactamente un año.
Hace un año, como todos los que me rodean sabrán, pasé una de las peores épocas hasta el momento (dejando de lado los temas familiares). Hace un año me perdí a mi misma y mi día a día durante los próximos casi seis meses, que se dice pronto, se convirtió en una amalgama de baja autoestima, pérdida de confianza en los demás y sobretodo en mi persona y principios de depresión con ciertas actuaciones de las que no estoy muy orgullosa.
Ahora, echando la vista atrás me doy cuenta de que lo peor que perdí en aquel momento fue a la gran persona que había sido hasta entonces. Nunca me he considerado una persona muy correcta ni mucho menos la Santa Teresa contemporánea, pero he de reconocer que me he sentido orgullosa de mí misma en muchos sentidos, justo los que perdí de un plumazo en aquél nublado momento. 

Hace unos días hablaba con otra persona de mi pasado "Siempre has sido el caballo ganador, ya sabes cuál es mi opinión. De todo te repones, hasta de lo que yo te hice pasar. Y mírate, vas a licenciarte en cuatro días. Vas a conseguir lo que siempre has querido."
No necesitaba un baño de halagos ni nada por el estilo, pero aquella conversación me hizo pensar mucho. Hace un par de años, yo me consideraba a mi misma el caballo ganador. Yo sabía de lo que era capaz y por consiguiente me ponía en pie y me peleaba con todo aquel que se opusiera a mi felicidad. No sé en qué momento dejé de ser quién era, pero creo que poco a poco, he vuelto a mí. Tengo miedos como cualquiera y el estrés se apodera de mí en situaciones peliagudas como si fuese una cría pero... ¿no es eso en lo que consiste estar vivo? Supongo que he de sentir de igual manera el frío y el calor, la fuerza y la debilidad y por tanto los miedos y las incapacidades al mismo nivel que los mejores momentos.
Pese a ello, vuelvo a ser consciente de lo que soy capaz. El camino que he recorrido en estos cuatro años de carrera no ha sido nada facil. Altibajos emocionales que bien podrían haberme anulado...quedan hoy atrás como anécdotas superadas y ante mí se abre un camino esperanzador (al menos, esa es mi opinión).

Este último año me ha servido también para darme cuenta de que no puedo asegurarme que nadie, por mucho que lo quiera, vaya a estar ahí contra viento y marea. Cuento, desde mi nacimiento y para el futuro, exclusivamente con dos personas que SIEMPRE estarán. Mamá y Beli. Lo sé, es triste no poder llenarse la boca con "Y MI AMIGA PEPI Y JUANI QUE SON LO MÁS". Amigos y personas especiales tengo los necesarios y les adoro, pero seamos realistas que ya son 21 años viviendo más y más de lo mismo. Os quiero mucho a muchos. Sólo espero que me queráis bien, que me queráis ahora y mañana, que me queráis cuando sea difícil y no cuando quede bonito, que no os "canséis" de mis malos modos y mis gritos, que no pueda con nosotros la rutina del día a día y que no os convirtáis en otras personas, porque como decía al principio de esta reflexión...lo que mas me apena de este fatídico lapso es el hecho de haberme perdido a mi misma.  ¡Con lo que yo me quiero!

3 comentarios:

  1. Me encanta. Yo también te quiero. Sé que es uno de esos momentos en los que queda bonito decirlo, pero lo hago. Justo esta mañana he escrito en mi blog que os quiero, porque estos días, sin saberlo, habéis hecho mucho por mi. Quiero estar ahí para ti, para que no vuelvas a perderte más, porque eres increíble, y quiero que estés aquí y que no dejes que yo tampoco me pierda.
    Un beso enormérrimo, de esos que suenan y hacen eco.
    Loveya sunshine.

    ResponderEliminar
  2. igual tú no te ves, pero yo no veo que te hayas perdido por el camino, en absoluto
    la inseguridad es parte de la vida, aceptarla y vivir con ella también lo es
    ese es el cambio que has pegado
    pero tú sigues siendo una gran persona, no lo dudes boba, que el año que viene no podré repetírtelo tan a menudo

    PD: pobres pepi y juani..

    ResponderEliminar
  3. igual tú no te ves, pero yo no veo que te hayas perdido por el camino, en absoluto
    la inseguridad es parte de la vida, aceptarla y vivir con ella también lo es
    ese es el cambio que has pegado
    pero tú sigues siendo una gran persona, no lo dudes boba, que el año que viene no podré repetírtelo tan a menudo

    PD: pobres pepi y juani..

    ResponderEliminar