STOP




Inténtalo, no es tan difícil. Deja de echarte flores, deja de repetirte lo maravillosa que eres . Deja de venderte, o mejor dicho de regalarte ligera de ropa para que los demás admiren en tu piel y en tus lunares lo que no admiran de tu alma. Para ya de imaginar que vives en una película, pega los pies al suelo, no eres diferente, no tienes ningún don, nadie va a saltar desde un acantilado gritando tu nombre porque subas fotos de tu sonrisa desdichada a la página de turno.
La chispa, la estrella de las personas reside en su interior, en las cosas pequeñas. Esa magia es la que realmente merece la pena, la magia por la que la gente mataría, no por compartir una noche bajo las sábanas contigo. Has perdido el rumbo. Un día consideraste que la gente era demasiado complicada, que nunca llegarías a comprender a nadie, pero que todo queda más bonito si dices que tú eres la compleja, y que ellos no te entienden. Sabes que todo queda mas romántico si vendes que buscas el amor verdadero, ese de las películas al mas puro estilo Bogart e Ingrid Bergman, alguien que te entregue su corazón sin mediar palabra. Sabes que queda precioso, pero a la vez traicionas a la primera persona que te lo entrega.
No te quieres a ti misma, y nunca has querido a los demás. Pero ¿que importa la práctica? si la teoría queda perfecta en el papel...
Se te da de maravilla recoger cachitos de poemas, juntar imágenes enternecedoras y subrayar los detalles que mas conmueven a los adolescentes. Pese a practicar ese sencillo pasatiempo ambas sabemos que nunca llegarás a protagonizar esas imágenes enternecedoras, a pronunciar esas frases de canciones y poemas o a sentir el calor de unas manos que desean acariciar tu personalidad y no tus muslos, porque al fin y al cabo, eso es lo que te falta, personalidad.
Aún sonrío para mis adentros cuando contemplo tus intentos de obra maestra, como no, hablando de sexo salvaje mezclado con nubes, sábanas con monstruitos y café para dos, mientras suena de fondo J'y suis jamais allé... ¿Sabes que nombre tiene eso? Cliché. Profundidad nula, absurdo sinsentido.
Mírate al espejo, reconoce a lo que te ha llevado esa ridícula obsesión por destacar, por demostrarles a los demás que eres interesante y deberían caer a tus pies. Tejes unas redes misteriosas... pero de un modo macabro. Debes admitir ya a tus 19 años que nunca serás Elizabeth Bennet o Amélie, ni siquiera Mafalda.
No se trata de ausencia de talento, ya que es algo que nunca tuviste. Vendes excedentes sin tener siquiera algún ejemplar del producto. Vendes amor sin saber lo que conlleva sentirlo. Vendes tristeza sin sentir empatía hacia aquellos a los que hiciste sentir compungidos.
La vida te hará despertar, quizá estoy pidiendo demasiado para tú inmadurez, seguramente a día de hoy te resulte imposible darte cuenta de que no eres el centro del mundo, pues no ves mundo más allá de lo que alcanzan tus ojos, el espejo de tu habitación.


Suena de fondo: The Moon - Glen Hansard and Marketa Irglova

No hay comentarios:

Publicar un comentario