mining for treasure deep in my bones, that I never found

Enredó la mano entre su pelo y luego la bajó hasta su cuello. Le acercó todo lo que pudo a su cara, la distancia perfecta para desearse hasta estallar en llamas, pero tan sólo se rozaban con la punta de la nariz. Sabían que no podían besarse, eso significaría traspasar la línea, pero aunque sus labios no se tocaran, se besaron con los ojos durante unos segundos. Podían sentir la violencia que nacía de las ganas, el antagonismo de sentirse más vivos que nunca mientras se paraban los pies el uno al otro. Reían a carcajadas, se alejaban y se acercaban como si les agitase la marea, él perfilaba sus labios con la yema de su índice y ella acariciaba su torso mientras miraba aquellos ojos azules, miraba sus ojos y le hablaba a su alma. Sujetó su cara para mirarle más fijamente y empezó a reír con más fuerza que antes, había algo que había captado su atención: el movimiento de sus pupilas. Él no entendía lo que estaba pasando y se limitó a esperar una respuesta. 

- Tus pupilas, se alteran mucho con la luz, son muy sensibles.

- Quizá es porque hemos tomado demasiadas drogas.

- Espero que no, es algo muy raro, no dejan de hacerse pequeñas y grandes y luego pequeñas otra vez.

Volvieron a reír, a pegarse puñetazos en los costados y a besarse y morderse en el cuello. Volvieron a hablar durante horas de sus familias, de sus planes para el mes de septiembre, del color de su habitación (très blue), de las casas de Manor House y de escaparse a Madrid si no les quedaba otra. Él le dijo que era preciosa y ella aterrizó en una nube. Escucharon durante horas Closing Time de Tom Waits y volvieron a besarse en el cuello. Volvieron a reír. Realmente no pararon de reír en ningún momento, incluso cuando él le dijo que aquel flequillo que llevaba en las fotos de hacía algo más de un año le daba cierto parecido con Daisy Lowe. 

Él aterrizó en una nube. Ella aterrizó en una nube.

Las horas se acabaron y desenredaron sus cuerpos, salieron de aquella cama trasnochada y él abrió la puerta y puso un pie en la calle, tenía que volver a casa. Ella se quedó en su habitación, volvió a la cama, la misma cama que había servido de escenario para soñar despiertos se le antojaba ahora aburrida, vacía y grande. It's gonna be alright, if I say it many times, I'm going to believe it myself.


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